La Fonoteca Nacional dedicĆ³ la noche del lunes su sesiĆ³n de escucha a la pianista mexicana de jazz Olivia Revueltas.
Por EfraĆn Alavez
(30 de marzo 2015). Ciudad de MĆ©xico. Durante hora y media, la pianista mexicana Olivia Revueltas dio testimonio de su trayectoria y mĆŗsica en la sesiĆ³n de escucha celebrada el lunes 23 de marzo la cual forma parte de una serie de charlas organizadas por Pablo IvĆ”n ArgĆ¼ello, coordinador del CatĆ”logo de Jazz de la Fonoteca Nacional de MĆ©xico, bajo el tĆtulo “Iconos del jazz en MĆ©xicoā. Ā
āOut of this Worldā de John Coltrane sonaba en la sala mientras Olivia Revueltas subĆa al escenario. Una vez estando frente al auditorio, hizo una pausa y dijo: āEste tema es una muestra de lo humano que es el jazz, el arte que produce Estados Unidos en el siglo XX. Me gustarĆa hacer hincapiĆ© en que a los afroamericanos, aĆŗn en la actualidad, los siguen golpeando, persiguiendo y balaceando. Sufrir esas vejaciones y sublimar el alma y producir este tipo de mĆŗsica, imagĆnenseā.
Esta sesiĆ³n de escucha sirviĆ³ para realizarle un reconocimiento a la pianista mexicana por su legado y carrera. ComenzĆ³ detallando su encuentro con la mĆŗsica y el jazz. āEstudiĆ© en la Escuela Nacional de MĆŗsica, de ahĆ me pasaron al Conservatorio, tendrĆa trece aƱos. De Presidente Masaryk salĆa todo Reforma caminando con mi violĆn. Me tocaba atravesar la Zona Rosa. HabĆa un bar que llamaba mi atenciĆ³n. No se me permitĆa la entrada por la edad pero lo hice. Estaba tocando Mario PatrĆ³n al piano; Max Nava en la baterĆa; Jorge Rojas en el contrabajo y la enchilada en la trompeta. Mi primer acercamiento con el jazz me impactĆ³ā.
Justo despuĆ©s de este encuentro con el jazz la metieron a un internado. Lo terminĆ³, se casĆ³, tuvo a sus tres hijos y fue hasta los 23 aƱos que empezĆ³ a estudiar mĆŗsica de manera autodidacta. āMi alma necesitaba expresarse. DormĆa a los niƱos y estudiaba. Mi primer grupo fue con Tino Contreras, ahĆ aprendĆ muchas cosas. Me sentaba temblando al piano porque estaba RamĆ³n Negrete al saxofĆ³n y mĆŗsicos de gran calibreā. Cuando expresĆ³ su deseo de ser jazzista, recordĆ³ en la sesiĆ³n, ciertos miembros de su familia la desacreditaron. āEntonces me quitaron a mis hijos. HabĆa que pagar ese precio. Pude haber cedido y pensĆ©, ĀæquĆ© herencia les voy a dejar? Āæuna herencia de cobardĆa? Les voy a dejar un ejemplo de luchaā.
Olivia Revueltas llevĆ³ sus acetatos a la sesiĆ³n y con la tornamesa que se instalĆ³ justo atrĆ”s del escenario puso piezas representativas de su vida. AsĆ sonaron āRitmo Locoā, arreglo de HĆ©ctor Hallal āel Ćrabeā e interpretada por los pioneros del jazz en MĆ©xico quienes fueron sus maestros, āGoodbye Pork Pie Hatā de Charles Mingus, un fragmento de āWinter Songā de John Surman y enseguida el arreglo que le hizo a ese tema que titulĆ³ āWinter Song in Mexico Cityā extraĆdo de su Ć”lbum āRound Midnight In L.A.ā donde grabĆ³ con Roberto Miranda al contrabajo y Billy Higgins en la baterĆa. Puso āAcht Oā Clock Rockā de Duke Ellington y compartiĆ³ minutos del arreglo que le realizĆ³ a esa pieza que aparece tambiĆ©n en su Ć”lbum āRound Midnight In L.A.ā.Ā Ā Ā Ā
El historiador, periodista y crĆtico Evodio Escalante, quien estuvo como invitado en la sesiĆ³n, compartiĆ³ la manera de cĆ³mo conociĆ³ a Olivia Revueltas āFue de modo inesperado porque yo soy crĆtico literario, estaba en ciernes en esa Ć©poca. TenĆa el telĆ©fono de JosĆ© Revueltas, un escritor al que yo admiraba y una tarde lo fui a visitar a su departamento en Avenida Insurgentes. Estuve platicando con Ć©l. Estaba acompaƱado de su hija Olivia y resulta que ella me hablaba de jazz, de John Coltrane. Me sentĆ fascinado porque tambiĆ©n tengo desde la infancia una adoraciĆ³n por el jazz. AsĆ la conocĆ. Muchos aƱos despuĆ©s estaba tocando de planta en āEl Chatosā y alguna vez lleguĆ© con mi saxofĆ³n para tocar con ellaā.
La pianista Ana Ruiz, quien acompaĆ±Ć³ tambiĆ©n a Olivia Revueltas en la sesiĆ³n, recordĆ³ que entre ella y Olivia Revueltas tienen muchas cosas en comĆŗn. āSomos contemporĆ”neas, estudiamos juntas en el Conservatorio. Desde entonces somos amigas. Nuestras vidas han sido paralelas. Siempre que nos vemos es un gran encuentro. Hemos pasado por muchas cosas similares. Lo que nos une tambiĆ©n es que las dos seguimos trabajando, luchando y eso es bien importante. A los hijos no nos los quitan, siguen estando ahĆ. Tampoco nos pudieron quitar la mĆŗsicaā.
Julio Revueltas, hijo de Olivia, subiĆ³ al escenario para decir que su primera influencia musical fue su madre. āCon ella me une un lazo sanguĆneo pero siempre la he visto como una amiga, una compaƱera mĆŗsico. Nos dio un ejemplo no de sumisiĆ³n sino todo lo contrario. Fui el primero en entender lo que hizo mi mamĆ” por nosotros. Darnos un ejemplo de fuerza, lucha y para mĆ un ejemplo musical que llevo tatuado en todo mi cuerpo al preferir la mĆŗsica que a nosotros. Es algo que para un hijo es muy difĆcil de entender y hasta que me decidĆ a ser mĆŗsico de tiempo completo le agradecĆ lo que hizo. En la punta de la pirĆ”mide de mis prioridades, antes que nada, estĆ” la mĆŗsica. Es el aire que respiro. Es lo Ćŗnico que mantiene viva mis esperanzas, sueƱos e ilusiones”.
Antes de finalizar, Olivia Revueltas leyĆ³ una frase de Federico Hegel que fue su columna vertebral para asumir la mĆŗsica. āLa mĆŗsica sĆ³lo llega a ser un verdadero arte cuando lo espiritualmente importante se expresa de forma adecuada en el elemento sensible de los sonidosā. ConcluyĆ³ tocando āFlor africanaā. Olivia Revueltas ha regresado a MĆ©xico despuĆ©s de vivir 25 aƱos en San Antonio, Texas. Ā
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