Luis Jesús Galindo Cáceres escribe del álbum Primer Vuelo de Tank Trío.
Luis Jesús Galindo Cáceres
Sábado 9 de Julio de 2016
Nombre del disco. Primer Vuelo
Integrantes del Trío. Alonso López (contrabajo), Federico Hülsz (sax tenor), Pablo Aguirre (batería)
Duración. 57 minutos.
Diez segmentos. Chilopa (7:11), Vuelo Nocturno (5:03), Nim (6:25), Flor (5:59), Ryoji Kaji (5:11), Zweifel (6:00), Jacinta (6:34), Alfredo (5:44), Claroscuro (7:38), Tutankamon (1:02).
Composiciones.- Chilopa, Zwifel y Jacinta (Alonso López), Vuelo Nocturno, Nim, Claroscuro (Federico Hülsz), Flor, Ryoji Kaji, Alfredo (Pablo Aguirre) Ttankamon (Tank Trío).
Grabado y mezclado en La Casa del Árbol, por Juan Pablo Aispuro.
Masterizado en Kersseboom Mastering, en Nueva York, por Nate Wood.
Arte, Diseño e Imagen portada por David Sefami (Forma en Verde, acrílico sobre tela, 250 x180 cm. 2004)
Fotografía por Aldonza Lorenzo
Producido por Tank Trío.
El jazz a través de su historia se ha expresado con diversas voces en ensamble. Heredero de las formas de agrupación de la Europa clásica, ha tenido duetos, tríos, cuartetos, quintetos, sextetos, septetos, pequeña orquesta, gran orquesta, y por supuestos ejecuciones en solo. El formato de orquesta es muy apreciado, pero complicado por su configuración y sustentabilidad. La música de cámara es lo suyo, su forma básica de composición y ejecución. Quizás porque es más sencillo reunir a un pequeño grupo de músicos, porque es más cómodo tocar en diversos lugares con pocos músicos, porque es más barato mantener un ensamble de unos cuantos. El tema del jazz como música de cámara está al centro de su historia, los grandes ejecutantes se han desarrollado ahí, los grandes compositores han compuesto así, las experiencias de asistir y escuchar han sido fundamentalmente de grupos pequeños. Y entre todos los formatos el trío ha sido el rey.
Hay un lugar común respecto al trío que se ha reproducido de generación en generación, el trío requiere de una base rítmica compuesta por el contrabajo y la batería, el jazz es tiempo, ritmo, acontecimiento que se mueve en la estructura de la genealogía de la música bailable, el corazón de la música en un sentido general, el latido que lleva a la emoción y la excitación placentera. Con esta premisa lo que queda es sólo un puesto para completar el ensamble, el cual suele ser ocupado por otro instrumento que tiene en su estructura la figura del ritmo y la percusión, el piano. Quizás el formato más común y gustado del jazz sea el trío de contrabajo y batería con piano. El piano toma un papel protagónico en la parte melódica armónica de la composición tradicional. Este trío es la forma ensamble más conocida y disfrutada del jazz. Pero no sólo hay tríos con la base rítmica del contrabajo y la batería y con la voz armónica melódica del piano. La función arquitectónica de la voz del piano la puede ocupar también la guitarra, otro fascinante instrumento, y las voces de los metales son comunes, la trompeta y el sax. Además de otras posibilidades en donde los juegos con el ritmo, la melodía y la armonía, se complican según el intercambio de los instrumentos clásicos en esta forma de ensamble por otros. El punto es que con la base rítmica tradicional la voz de la trompeta y el sax se acomodan bien al sonido del jazz en trío a través de la historia del desarrollo de esta propuesta musical única.
Tank Trio es un ensamble de batería, contrabajo y sax tenor, una forma de trío que en este momento no es común en nuestro medio, la Ciudad de México y su región. Es el trío que representa la tradición y la evolución para nuestra ecología musical, se mueve en la tensión de dos genealogías, la de la estructura musical que domina y requiere un dominio técnico y el respeto a ciertas formas armónicas de composición y ejecución, la que se escribe y pre-produce en ensayos para una puesta en escena impecable y de acuerdo a un papel pautado prescriptivo, y la que deja a la situación de la ejecución todo el espacio de libertad posible para la improvisación y la exploración del riesgo y la incertidumbre del momento mismo en que sucede. Digamos que Tank Trio es respetuoso de la tradición, de las dos tradiciones, y puede ser calificado con toda propiedad como un trío de jazz de nueva generación en donde es posible reconocer el pasado de donde proviene su propuesta, al tiempo que disfrutar de su ejecución hecha por completo para la experiencia única e irrepetible de cada concierto. Tank Trio es un proyecto para escucharse en vivo, sobre todo en vivo. Y sin embargo lo que motiva todos estos comentarios es la publicación de su primer disco, Primer vuelo.
El Tank Trío se formó a mediados del año 2013 en forma circunstancial, la vida te da sorpresas. Coincidieron en una improvisada tocada en casa de Diego Franco, y lo que sonó les gustó, vamos juntándonos para seguir la veta encontrada. Y así empezaron las reuniones para tocar y explorar lo que cada quien traía para compartir y desarrollar. El movimiento fue ejemplar, empezar a toca y seguir con lo que fuera posible, escuchar, comentar, y volver a empezar, volver a seguir. De todo aquello parecía que algo podría salir además del divertimento, privilegio de los músicos del jazz cuando se juntan a sólo tocar por tocar. Y apareció la primera convocatoria de traer algo para ensayar en conjunto, las semanas seguían pasando. Después la propuesta fue que cada uno trajera algo para explorar en ensamble. Y el trío tomó forma y se fue consolidando. Lo siguiente fue natural, armemos un proyecto con título y toda la cosa. El título salió de una ocurrencia casual y en vía de mientras, el nombre se quedó. El proyecto creció en compromiso, los ensayos se hicieron costumbre y la propuesta del disco no tardó en aparecer.
La característica más relevante del proyecto Tank Trio es que no hay líder, es un colectivo. Esta forma no le es extraña al mundo del jazz. Hay referentes de colectivos en toda la historia del jazz. Pero no es la forma fundamental de los proyectos, el liderazgo es algo que tiene profundas raíces en la cultura musical occidental. Un colectivo es horizontal, redondo, fluye en la interacción igualitaria, suele ser una estructura flexible y gozosa, sin tensiones, plena de amistad y lealtad. No es sencillo que aparezca un colectivo en nuestra vida social, pero sucede en todos los ámbitos, y cada vez más, un síntoma de los tiempo de la sociedad red, que tiende a lo horizontal, con individuos que se comprometen por razones estéticas, lúdicas, más que morales o institucionales. El tema es enorme. El punto aquí es que también sucede en el mundo del jazz y el traje le queda bien a los ensambles contemporáneos, aunque la cosa no está generalizada ni mucho menos, pero si presente en dosis y porcentajes que tienden a ser significativos. El mundo del jazz de la Ciudad de México está conformado por una multitud de proyectos integrados por individuos que se articulan con compromiso pero no con exclusividad, la retícula multi vinculante es cada vez más densa y extensa, sin ninguna guía ni protocolo explícito. Los miembros del Tank Trio, Alonso López en el contrabajo, Federico Hülsz en el sax tenor, y Pablo Aguirre en la batería, son miembros de otros ensambles, de acuerdo a lo señalado hace un momento, pero sólo pertenecen a un ensamble colectivo, el Tank, y eso los hace muy felices, les da grandes satisfacciones, los provee de una hermandad que rebasa los límites de la sola amistad. Tank Trio es un colectivo de jazz.
La forma colectivo no tiene un libro de instrucciones, los ensambles de jazz por otra parte no pueden ser de cualquier forma. Hay ciertas prescripciones, como la disciplina gramatical, el ensayo, el desarrollo de la ejecución empática. En el Tank Trio se cumple con estas normas, y además se disfruta de la diversión de tocar al máximo, entre juegos, bromas, charla espontánea, chismes, tematizaciones sobre diversos temas. En el curso del tiempo el ambiente de colectivo los ha convertido en cómplices totales del gozo estético y lúdico de la música. Cada vez ensayan menos en sentido estricto, se reúnen para estar, para convivir, para departir, un grupo de amigos que hacen música, pero sobre todo hacen amistad. Y así las rolas van tomando forma, poco a poco hasta llegar a un punto de estabilidad estructural dinámica. Lo que sigue es tocar en público, compartir lo que está pasando, y con ello una segunda dimensión del proyecto toma forma, la música en vivo, la improvisación, la complicidad de la figura empática de moverse más allá de lo previsto, tomar riesgos y gozar el proceso y el resultado, también padeciéndolo. El colectivo forja su sonido en el crisol de la incertidumbre del momento y la confianza en los otros.
Federico y Pablo habían tocado juntos, se conocieron hace unos años, Alonso y Federico se habían conocido en la escuela superior de música. Pero nada de aquello es parecido a la vivencia del Tank Trio. El disco se graba en el 2015, y se maquila hasta el 2016, los años de convivencia se van sumando en una memoria sonriente. Diez rolas, tres de cada uno, y una coda final que es un guiño entre compas, con Juan Pablo Aispuro, el ingeniero de grabación, y su estudio La Casa del Árbol, lugar que se va volviendo entrañable para los músicos de jazz de la generación del milenio en la Ciudad de México. El arte también tiene una historia plástica, un pintor que se une al proyecto y cede una de sus obras para la portada. La fotografía en la primera interior ya es un hito de bromas y reproducciones, se les mira relajados, contentos, seguros. Siendo un grupo con una vocación total para las tocadas en vivo, el disco queda como un registro de lo sucedido en un momento extendido, una cuerda de la teoría física cuántica, su ciclo de novedad después de tres años de trabajo y diversión será enriquecido por un segundo álbum que ya empieza a cocinarse. No sabemos cuánto tiempo dure el colectivo ensamble, de lo que estamos seguros es que nos entregará más productos de calidad similar, tenemos mucho por apreciar de este proyecto en el futuro.
El sonido del Tank Trio es sutil, se mueve en un proceso de continuidad armónica que lo carga de una identidad que ya existe y valdrá el viaje acompañar en su desarrollo. El disco es un camino suave alegre por las tonalidades melódicas del sax tenor, en la compañía y complemento justo del contrabajo y la batería, aparece un proyecto por completo maduro y seguro de lo que hace y propone. Los temperamentos de los tres músicos se asocian en un movimiento que parece no terminar. Pablo y Federico son amantes de los gatos, Alonso no. Las composiciones están inspiradas en novias, gatos, familiares, anécdotas personales, bromas privadas. La vida cantando a la vida, su vida, nuestra vida. Un proyecto contemporáneo de su propio devenir, y el devenir de su generación. Aquí no hay excesos de swing o Groove, no hay velocidad ni vértigo, no hay ego ni presunta erudición, la digitalización es justa y pausada. Las tocadas en vivo pueden ser más tensas y agrestes, por la presencia del movimiento del público y sus vibraciones. La grabación del proyecto es un remanso, una isla sensorial, un recoveco de introspección sabrosa y sentida.
Contacto.-
tanktrio@gmail.comwww.facebook.com/tanktrio/
Para Comprar disco.-
https://tanktrio.bandcamp.com/releases
Para escuchar.-
Flor
Jacinta
Ryoji Kaji
Vuelo Nocturno
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