jueves, noviembre 28, 2024

Reseña: It’s a good day de Cyrille Aimeé

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“It’s a good day de Cyrille Aimeé: multicultularidad y estilo” de Ana Karina Galicia Valencia

Cyrille Aimeé, cantante y compositora francesa, muestra en su reciente producción una mezcla de culturas y optimismo en la música, pues justamente en la riqueza de lo multicultural se haya la esperanza del arte y de la humanidad.

Por Ana Karina Galicia Valencia (Facebook: annakarii.galicia)

Cyrille Aimee es una cantante y compositora francesa que de un tiempo a la fecha ha sido una revelación para el mundo del jazz. Tal como lo demuestra en esta producción, It’s a good day, su línea musical es muy flexible, podemos encontrar ritmos brasileños, manouche, standards de jazz e incluso una fusión con el folk y el pop en sus canciones. 

Su voz se distingue por las tonalidades dulces, un amplio registro, limpieza y naturalidad al improvisar en scat. Es la mezcla de una Blossom Dearie, con los recursos improvisatorios de Ella Fitzgerald y las ideas de un saxofonista 

Todo el trayecto por el que ha pasado ha sido influencia en su música. Desde sus raíces franco dominicanas, hasta su acercamiento con la música de Django Reinhardt cuando era muy joven, dan muestra del acervo musical que tiene como músico. 

En ese sentido, la multiculturalidad ha estado presente en cada momento de su carrera, ya el ritmo, el idioma y hasta la nacionalidad de los músicos que participan en su última producción: se trata de tres tipos de guitarristas, quienes en carnan el sonido del jazz, gypsy y el estilo brasileño, Adrien Moignard, Michael Valeanu y Guilherme Monteiro, respectivamente. Al mismo tiempo, Sam Anning en el contrabajo y Rajiv Jayaweera en la batería hacen de este disco una propuesta fresca en adaptación, arreglos e ideas musicales. Nos demuestran que el jazz ha nacido sw las raíces del mundo y pueda dar frutos en cualquier parte, frutos que se gozan, seas o no erudito en el género. 

La cantante describe su música como un acto natural en ella, una labor social de dar a conocer a las personas todo lo que la música te ofrece. Con “It’s a Good Day”, sacado en 2014 por Mack Avenue Records, Cyrille reafirma su figura de líder y cantante, en un formato de banda que realza sus ideas musicales a niveles insospechados. El disco nos ofrece un balance musical en la selección y orden de las canciones que se presentan. Tal es el caso de las piezas “Where or when”, “I’ts a Good Day”,” Young at Heart” o “All love”, en ellas encontramos a una Cyrille pasiva, donde las preocupaciones y el tiempo no existen. El swing de aquellas piezas es tan delicado y fluido que amenaza con volverse previsible, sin embargo con la cantante recurre al factor sorpresa mediante algún acorde exuberante, un solo o la simple alineación poco convencional.

Sin embargo también podemos encontrar en el disco versiones nuevas de canciones populares de otros estilos musicales que sientan bien al ánimo, al recordarnos que, al final, la música no se encasilla en un género. En ese contexto aparece un “Of the Wall” (éxito de Michael Jackson), que se deja llevar entre los dedos y intempestivas melodías de los músicos, convirtiéndose en una versión totalmente nueva, que deja entrar en el ruedo a la tradición latina Cyrille.

Y hablando de tradición, el disco ofrece una serie estándars de jazz con el toque personal de la banda. El modo frigio en toda su expresión tamiza “Caravan”, y lo impregna de ese toque manouche que pareciera siempre haber existido en la pieza. “Love me or leave me” también aparece con un gypsy lleno de energía desde el primer acorde. En ella encarna una conversación entre guitarras que bien se podría imaginar con el bullicio de una ciudad, y justo cuando crees que todo va a llegar un clímax mayor, el swing aparece por unos breves instantes para darle paso a una explosión más grande de acordes y velocidad, “Tricotism” sirve en el disco como un sólido punto de equilibro ante la energía del resto del disco.

“Nuit Blanche” es la canción obligada de este disco, no sólo por ser la única en la cual la podemos escuchar cantando en francés, o porque, durante las presentaciones en vivo, use loops de voz para articular la pieza de manera impresionante; además tiene una atmosfera particular que provoca empatía desde el primer momento, aunque no sepas una palabra de francés. Tal vez aquello radique en la combinación sutil de pop y jazz, aderezada con un solo de voz que bien podría servir como material de estudio para cualquier cantante.

Además, está “Twenty eight”, pieza que ya pertenecía al repertorio original de la cantante desde mucho tiempo atrás y aparece nuevamente en esta producción rindiendo tributo al folk-jazz al engarzar una historia de amor con la sencilla alineación característica del género: guitarra y voz.

Si el escucha espera una ola devastadora en la música, solos virtuosos sobre sustituciones de acordes totalmente descabelladas o tiempos compuestos imposibles de marcar, este no es el disco indicado, no es ese tipo de jazz. Sin embargo podrá encontrarse con sobresaltos, pequeñas sorpresas musicales que le dejarán una buena cosquilla después de haber las experimentado. Cyrille reafirma que las cantantes no están para contar hisorias, también pueden ser el órgano vital del grupo, su eje, no el adorno.

Ana Karina Galicia Valencia 12 de septiembre de 2015

Ana Karina Galicia Valencia 

Cantante y compositora, originaria del estado de Puebla. Actualmente se encuentra estudiando la licenciatura de estudios de Jazz en la Universidad Veracruzana. Participa en proyectos musicales como Rendón Quintet y en el proyecto que ella lidera Karina Galicia & The Sound Machine.

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