Luis Jesús Galindo Cáceres escribe del álbum “Gris” de Saúl Cobián
Luis Jesús Galindo Cáceres
Miércoles 23 de agosto de 2017
Nombre del disco. Gris
Integrantes del Ensamble. David Villanueva (piano), Flavio Meneses (contrabajo), Saúl Cobián (Batería).
Duración. 51 minutos.
Ocho segmentos. 01 Citizen Ken (5:40), 02 Buenas Noches, Día (6:17), 03 Nebulosas (6:54), 04 Cerberus (5:20), 05 El Tramposo (6:48), 06 La Paradoja (8:06), 07 Don Nadie (6:27), 08 Iscariote (5:14).
Composiciones.- Todas las rolas son de Saúl Cobián
Grabado el 23 y 24 de Noviembre de 2016 en el estudio casero de Saúl Cobián, en el Trapiche, Municipio de Cuauhtémoc, Colima.
Ingeniería de sonido, mezcla y master por Pedro Palacios Gómez
Productor.- Saúl Cobián
Diseño.- Saúl Cobián
Arte.- Saúl Cobián
En el mes de abril de este año, 2017, estuve unos días en la Ciudad de Colima, tiempo que aproveché para conversar con algunos amigos músicos de jazz que desarrollan su oficio por aquella ciudad. Sólo no pude conversar con Vico Díaz, que justo en esa semana estaba en Xalapa en una cátedra del JazzUv. Mi relación con la Ciudad de Colima viene de los años ochenta cuando llegué a trabajar para la Universidad de Colima, justo al mismo tiempo que llegaban a la ciudad Bindu Gross y Beatriz Torres, dos personajes que son claves para la historia del jazz en el rumbo. De hecho todos los músicos con los que conversé en mi visita son discípulos directos o indirectos de esta pareja de peculiares viajeros musicales. Justo en ese viaje un viejo amigo, David Oseguera, me regaló un libro suyo, “Sones, corridos y canciones. Perfil musical de Colima”, en el cual no hay ninguna referencia al jazz como algo que tenga alguna raíz profunda o de cualquier tipo en la configuración cultural musical de la región. Otra vieja amiga, Lupita Chávez, hizo una investigación a finales del siglo pasado sobre gustos musicales en la ciudad, no aparece el jazz en ningún sentido, ni entre los sectores universitarios. Ese es el punto, el jazz llega a Colima con Bindu y Beatriz, una generación después los frutos están a la vista, Saúl Cobián es uno de esos frutos. Quizás con el tiempo el jazz sea parte de la memoria y la percepción de la vida colimense, gracias a esta joven raíz, que lentamente sigue extendiendo sus relaciones entre la vitalidad y la musicalidad local.
Saúl Cobián nace en Colima en 1980, lo cual lo ubica entre los miembros más jóvenes de la generación X y de los más viejos de la generación millennials. Su infancia se desarrolla en un entorno musical regido por la radio comercial, el pop en español. Será hasta los dieciocho años cuando la música pase a un nivel de complejidad mayor más allá del consumo ordinario popular cotidiano. Su primera experiencia de raíz musical fue como a los once años, un disco del grupo de rock Queen. Un amigo tocaba la batería, Omar Jaramillo, todo el tiempo se la pasaba batiendo las mesas con las manos, el también empezó a hacer lo mismo tomando como guía al disco de Queen. En aquellos principios de los noventa su gusto musical fue rockero, Guns and Roses, Van Halen, Nirvana, Pearl Jam, Soundgarden. Una época de copias en casetes, era difícil encontrar compactos en Colima. El proveedor de música en la ciudad era un lugar llamado Polifonía. Su entorno más sofisticado fue la cultura de rock de la radio y de MTV. A los dieciocho años estudia un semestre de Psicología en el ITESO de Guadalajara, no era lo suyo, la música lo aguardaba.
Un amigo guitarrista, Raúl Arias, estudiaba jazz con Bindu y con Beatriz. Con otro discípulo de ellos, Pibe Arcega, formaron un grupo de blues. Como grupo siguieron acudiendo con Bindu y Beatriz, el jazz llegó y pasó a formar parte de su vida. La pareja de maestros y promotores también convenció a sus padres que la música era una profesión de la cual se podría vivir. A los 21 años se va estudiar a Guadalajara con Felipe Espinosa, maestro de batería y música en la UdeG. Ahí estuvo dos años. El entorno de música clásica lo aleja del jazz, cambia de instrumento, ahora toca la flauta. Regresa a Colima con el ensamble de Blues, con Miguel de la Mora al bajo. Se va un año a estudiar jazz a Los Ángeles, California. Ahí se forjó su sentido musical en general y de la batería en particular. Tuvo maestros de los cuales aprendió mucho. Rumbo a los treinta años su cuota de paciencia y trabajo había fructificado. Inicia el camino de la composición y los arreglos, el músico de jazz estaba en desarrollo.
Regresa de nuevo a Colima, y de nuevo sale de la ciudad, ahora a Morelia, invitado por un guitarrista y bajista colimense, Flavio Menezes. Por allá se la pasa poco menos de un año. Vuelve a viajar, regresa a Guadalajara, trabaja en la escuela de música Fermata por dos años. Para el 2010 tiene listo un paquete de nueve piezas originales. Ahí toca en ensamble con Vico Díaz, un contrabajista colimense, Tom Kessler, un guitarrista tapatío, un pianista francés, Frank Fabricatore, y un saxofonista tapatío muy joven, Diego Franco. Tocaban en el café André Bretón. Conoce a Ken Basman y a Gabriel Hernández en San Miguel de Allende. Graba su primer disco en el 2010, “Cuentos y Cartas”, con Tom, Vico, Ken y Gabriel. Lo presenta en Guadalajara en el Rojo Café. Con el disco en la mano inicia una promoción de su trabajo, no le va bien. Sale de Fermanta y pone una escuela de batería, tampoco le va bien. Las cosas son complicadas y difíciles en este oficio. El resultado es una crisis depresiva, abandona todo, ensaya concentrarse en lo básico. El camino de regreso de las sombras y la obscuridad también puede tener un puente hacia la tensión creativa. Vive de un trabajo de sonidista para una compañía pequeña de cine. Debuta como músico para cine en un documental para Roberto Levy, cineasta colimense, “La Rosa y el Diablo”, gana una nominación para Pantalla de Cristal. La vida va mejor, regresa a tocar, consigue un contrato en Ajijic, tres veces por semana, eso ya da para vivir. Un año después venden el café y lo despiden, decide regresar a Colima en el 2015. Arma un grupo con Vico Díaz y José Gilberto Orozco, regresa a la composición y a la creación. Tiene un trabajo de medio tiempo del cual vive, se vuelve minimalista, transforma su vida y su concepto de la música, y así construye el proyecto de su segundo disco, “Gris”, un tercer proyecto listo para grabar, “Tres”, por completo minimalista, y un cuarto proyecto sobre la obra de Juan Rulfo, “Lienzos”.
El proyecto de “Gris” deviene de su propio proceso de líder de ensamble, todo inicia en el 2008, desde entonces ha tocado con músicos distintos. Vico Díaz y Tom Kessler siempre han estado ahí. También Frank Fabricatore, Diego Franco, Carlos Torres. Músicos con los cuales tocó en Guadalajara. En Colima con José Gilberto Orozco, Raúl Arias, Miguel Ángel de la Mora. Para Gris, Flavio Menezes y David Villanueva. El proyecto de Gris se arma en ensamble por marzo del 2016. Se graba en noviembre del 2106. Lo graban en un estudio armado en la casa de Saúl, por el Trapiche, al norte de la Ciudad de Colima. Pedro Palacios, un ingeniero de sonido de la ciudad presta el equipo y realiza la ingeniería. Se graba en dos días, 23 y 24 de noviembre. La situación no es única pero si es peculiar. Cuando graba la música es la primera vez que la escucha en ensamble. El compositor tiene una imagen de lo que puede pasar y la situación le regala otra. La grabación queda lista para finales de enero del 2017. La decisión es no producirlo en CD, parece que mundo de la distribución de la música grabada ha pasado a las plataformas en internet. Una decisión que toma la forma de una profecía auto cumplida.
La historia de Gris está asociada a la historia general del proceso de composición que gesta el primer disco en el 2010, Cuentos y Cartas. De aquel primer proceso quedan once temas sin grabar, con muchas preguntas sobre lo que implica la composición y sus caminos. En ese contexto de dudas y búsquedas la inspiración directa fue el libro-CD del pianista Kenny Warner, “Effortless Mastery”, sobre el miedo, el amor y la creatividad en el jazz. El proceso constructivo de la música desde la exploración y el disfrute de los accidentes y los encuentros sorpresivos. El proyecto de Gris fue desarrollado en su totalidad dentro de ese compromiso que ata y teje paciencia, atención y sentimiento. En el 2016 aquellas piezas son retomadas para el nuevo proceso de producción de un disco, Gris. Selecciona seis, agregando otras dos del siguiente momento creativo, el minimalista. Una de esas dos rolas nuevas es la que abre el disco, dedicada a Ken Basman, Citizen Ken. La otra es El Tramposo, dedicada a una de sus perros. La atmósfera general del disco es la melancolía, muy influido por su experiencia personal emocional, su paso por la música para cine, el resultando es una asociación virtuosa entre jazz, música para una película, y el camino de reconstrucción de su vida personal interior.
El título del disco expresa la tristeza melancólica de todo el proyecto, de alguna manera un homenaje a Ken Basman que había muerto un poco antes. Así que queda en Gris, imagen directa del cielo nublado en época de lluvias en la Ciudad de Colima. La portada del disco es resultado de una sesión de fotos a aquellas nubes grises previas a la tormenta en una tarde de verano colimense. El temperamento depresivo de Saúl toma forma en el proyecto, un alter ego de su sentido de la vida, la música es lo mejor de su día a día, la medicina de sanación cotidiana a su malestar, el disco es un producto de la transformación de la obscuridad de la mirada ensombrecida en luz después de la tormenta. Los títulos de las rolas son ocurrencias, homenajes, ninguno ha guiado a la composición, las obras terminadas se enfrentan a la incertidumbre de un título, que llega por casualidad, como un fenómeno expresivo directo del inconsciente. Su rola favorita es Nebulosas, por lo que sucedió entre los músicos en el momento de tocarla, comunicación superior en la complicidad más allá del deseo y la circunstancia.
La grabación se realiza con una gran economía de elementos, entre el deseo de que así fuera y el principio de realidad de que no había muchas alternativas. Se graba con una computadora y una interfaz de ocho canales, en una habitación pequeña donde todos los sonidos producidos se afectaban entre sí, todo muy cercano a una sesión natural en vivo, fuera de las condiciones especiales de asilamiento para grabación y mezcla en otras circunstancias. Esto le da al sonido resultante una cierta frescura y espontaneidad de una tocada en directo sin producción para grabar. La ingeniería de sonido aparece aquí como una gran protagonista, para el ingeniero esta su primer disco de jazz, quería aprender con la experiencia. El hace lo suyo, se ajusta a las limitaciones de la situación de grabación, y después hace lo suyo en el momento de la mezcla, a pesar de las limitaciones originales. En este sentido el disco también nos regala el resultado del oficio maestro de toda grabación, la ingeniería de sonido.
Este es el proyecto de un músico que se tomó su tiempo para madurar. Su primer disco es el resultado de sus primeras composiciones a los treinta años. El segundo, el motivo de este texto, Gris, tiene la forma de un proyecto conceptual muy personal, la puesta en forma musical de su propio proceso emocional con la guía de un texto que le impresionó y lo procesó como músico y como persona. El tercer disco, el próximo, Tres, es minimalista, será la obra de un músico aún en proceso pero con rasgos claros de madurez y propuesta. El último de este ciclo, el de paisajes de la obra de Juan Rulfo es un divertimento y un reto, su obra para cine musical. Saúl Cobián es un músico colimense, un jazzista por decisión, por convicción, que asume que el jazz nos hace mejores personas, contribuyendo con su obra a conmover a la gente que la escuche, con la aspiración de que la música grabada puede acercarse a lo que sucede cuando se escucha en vivo. La propuesta es un trozo de vida, como en todas las obras musicales, pero con un extra de compromiso y dedicación. Este no es un músico que viva de la música, este un músico que vive para la música. El juego de tensiones básico es otro distinto al día a día del músico profesional, aquí lo que sucede es orgánico, interno, íntimo, con el fuego ardiendo de la propia emoción estrujada y liberada. El afirma que siempre tiene dudas, que siempre está inconforme, que se deprime en su rabia por no llegar a donde quiere llegar. Bueno, ahora sigue que nosotros lo acompañemos por un momento, que él nos acompañe por unos minutos. De la experiencia saldremos sanados, aliviados, reconfortados, listos para seguir, con la certidumbre que podemos volver al encuentro en la siguiente ocasión en que escuchemos el disco otra vez.
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Para escuchar el disco.-
La página reverbnation: https://www.reverbnation.com/saulcobian
Para escuchar a Saúl Cobián-
Mejores Canciones Saúl Cobián
https://www.youtube.com/watch?v=BX9w6yotWHM&list=PLyECOA3jss1vTEFfqHHaWOPj5Tvfahxku
Moon and Sand
https://www.youtube.com/watch?v=baugwij9JcQ
It could happen to you. Fabbricatore/ Perez/ Cobian trio
https://www.youtube.com/watch?v=nkdxhRE4ctY
You´d be so nice to come home to
https://www.youtube.com/watch?v=IF3VFLwfqxE
Anuncio de Gris
https://www.youtube.com/watch?v=I_Cye7rDUTU
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