sábado, noviembre 23, 2024

Mis versos en canciones de Alex Mercado: luz para la sombra misteriosa de la creación artística.

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Por Diego Salas

Foto Efraín Alavez

Xalapa, Ver. 17 de marzo de 2023

En pleno desarrollo de la tercera década del siglo XXI1, donde el dominante timbre electrónico de las bases de trap y hip-hop o el deslumbrante catálogo de recursos rítmicos del postbop hacen gala de presencia junto a vastas secciones orquestales en el contexto del jazz, la conceptualización, ejecución y grabación de un álbum en formato de piano y voz resulta una hazaña heroica por lo arriesgada pero, si el resultado final llega a buen puerto, también se vuelve relevante como contrapeso estético de las corrientes globales predominantes. Tal es el caso es Mis versos en canciones donde el ejecutante y compositor Alex Mercado explora este formato instrumental mínimo engarzado con una obra lírica también de su autoría.

Al respecto, habría que destacar que el catálogo de piezas está integrado por algunas de las que son o pronto serán consideradas las mejores voces femeninas del país en el contexto de su especialidad musical: Ingrid y Jenny Beaujean, Lucía Gutiérrez, Valentina Marentes y María Katzarava y Denise Gutiérrez. Cada una de ellas establece un vínculo de interpelación donde piano y voz confluyen de maneras estrictamente personales. Ahí la propuesta melódica de Mercado no se reduce a una mera reproducción de las unidades musicales contenidas en el papel, sino que, mediante los recursos técnicos que cada una de ellas maneja, se establecen dinámicas y timbres que resultan una rareza afortunada incluso al comparar aquellas piezas con el resto de obras de las intérpretes. A ello se debe sumar los elementos esencialmente jazzísticos que prevalecen en la improvisación donde la incorporación de elementos de armonía no funcional, progresiones clásicas del repertorio jazzístico y recursos modales contribuyen a construir una atmósfera de ensoñación e instrospección similar al surrealismo de Remedios Varo o a la poesía visual de Tablada.

En este mismo tenor, habría que señalar el notable trabajo de Mercado en la construcción de una poética cargada de una expresión autorreferencial vinculada a su proceso creativo y las motivaciones primigenias que dotan de consistencia a su quehacer artístico. En cierta medida, la obra lírica en su conjunto se vuelve un faro para develar los misterios que se entretejen entre la creación, la vida y la memoria. De este modo, aquellas canciones son confesiones personales que se vuelven pistas universales para entendernos a nosotros mismos, seamos o no artistas, frente a los confines de la existencia humana. Tal es el caso de la canción “Llueve”, interpretada junto a Marentes.

Cabe señalar que en esta exploración sonora, la confluencia entre las intérpretes y Mercado produce ciertos motivos melódicos que hacen deambular al género en el disco. Algo que, poniéndonos muy a lo Bauman, podríamos reconocer como las fronteras líquidas entre el jazz, el third stream y el indie.

En suma, Mis versos en canciones resulta un álbum innovador que merece ser escuchado con atención porque probablemente devele pistas para entender nuestros propios misterios creativos, pero también, para intuir el camino que seguirán las próximas producciones del autor.

1 si consideramos que la primera década se terminó de desarrollar en 2010.

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