El pianista mexicano que gracias a sus profundas influencias en la música popular, afroantillana, clásica y jazz es considerado un compositor e intérprete multigenérico celebró 35 años de trayectoria en El Teatro de la Ciudad “Esperanza Iris”
Texto: Efraín Alavez
A lado de músicos, actores y artistas visuales en escena produjeron un espectáculo que recorrió las sonoridades del centro de la Ciudad de México con la intensión de rendirle homenaje. “Buenas noches. Bienvenidos al corazón de la gran Tenochtitlán. Bienvenidos al centro, el corazón de la gran Ciudad de México” fueron las palabras que sirvieron de preámbulo para escuchar las notas producidas por un organillero que atravezó la sala de concierto para subir al escenario y cederle la estafeta a la música citadina de Héctor Infanzón.
“El vago”, “Como en feria”, “No, porque me acuerdo” fueron los primeros temas interpretados por el pianista y su banda formada por Giovanni Figueroa en la batería, Daniel López Infanzón en el piano, Aarón Delgadillo y Luis Gómez en las percusiones, y Adrián Infanzón al bajo. Posteriormente, invitó a integrarse en las percusiones a Armando Montiel y en la voz a Carlos “Popis” Tovar para interpretar “Ramiro”, crónica urbana hecha canción escrita por José Cruz de Real de Catorce.
Mientras tanto, las imágenes del centro histórico intercaladas con los principales momentos del concierto que se proyectaban en la pantalla, las fotografías de los monumentos más importantes de la ciudad y los actores que representaron vendedores ambulantes, teporochos, comerciantes e indigentes recreaban el día a día de esta zona.
Contagiados por la energía que transpiraba el concierto, el ensamble de percusiones Tambuco entró al escenario para realizar diversas ejecuciones que fueron acompañadas por el mismo Héctor Infanzón el cual afirmó que habían sido inspiradas en el encuentro de historias y emociones que se producen en cruces peatonales tan concurridos como el de Madero y el Eje Central “Por segundos se encuentran personas que nunca volverán a verse. Este acto titulado “Hematofonía” está dedicado a este momento y está pensado para este ensamble”.
El pianista confesó antes de interpretar el tema “De a diez varos”, el cual dio entrada a un nuevo ensamble de percusiones tanto de los músicos que integraron su agrupación como los de Tambuco, que el Zócalo es un espacio mágico que lo invita a reflexionar “es un lugar muy energético gracias a las cosas que ha visto y vivido a lo largo de su historia”.
Gracias a la música Infanzón ha tenido la oportunidad de viajar por el mundo “lo más maravilloso de hacerlo es saber que voy a regresar a la Ciudad de México en donde se encuentran los sueños y los afectos. Escribí la siguiente pieza inspirado en este sentimiento llamado “Rincón brujo”, un lugar mágico para estar y soñar”. En esta versión a piano solo entró a escena la bailarina Lupita Padilla.
Héctor Infanzón estudió piano en la Escuela Superior de Música a partir de 1976. Su primer disco “De manera personal” (1993) es de improvisación para piano solo. Con Héctor Infanzon Cuarteto grabó su segundo material “Nos toca” (2000). Su tercero es un disco a piano solo de improvisación llamado “Impulsos” (2004). El cuarto es “Héctor Infanzón Trío con Orquesta Sinfónica y en 2008 editó “Citadino”.
