Las reflexiones como documentalista para desarrollar este trabajo, la gira cultural 2012 “Contagiemos a México de Jazz” y los alcances del proyecto aún sin estar exhibida en salas comerciales son los puntos a conversar con el director.
Una historia, cuarenta testimonios entre críticos, músicos, compositores, radiodifusores y managers que generan una conversación durante dos horas en donde se teje una realidad objetiva respecto al fenómeno del Jazz y la Big Band Jazz de México es lo que propone el documental Resiliencia por una nota. “Es la posibilidad de mirar por la rendija no solamente la escena del jazz nacional sino la escena de la música en México” Luis Felipe Ferrá.
¿Cuáles fueron los motivos que te llevaron a mirar hacia el jazz y en particular a la Big Band Jazz de México para desarrollar este documental?
El documentalista siempre está buscando esas historias que no han sido relatadas. Primero hay que encontrarlas y después advertir la importancia que tendrán para el público. Me enfrenté ante un tema suficientemente virgen como para poder tratarlo y manipularlo a mi manera. El génreo del jazz en México a través de la formación más grande que tiene el género que es una Big Band me parecía exquisito. ¿Por qué la Big Band Jazz de México? La banda es de Xochimilco, si la palabra jazz con México es un tanto cuanto incompatible imagínate la palabra jazz con Xochimilco. Un motivo que es igualmente válido que los otros es el absolutamente personal. El cine que me gusta es producido en los cuarenta, cincuenta, y sesenta que está muy impregnado de jazz. Vi que no existían trabajos similares en México y para mi fue una gran oportunidad.
¿Cúal es el objetivo de la gira cultural 2012 “Contagiemos a México de Jazz” y qué actividades que implica?
La gira cultural 2012 “Contagiemos a México de Jazz” es el vehículo que la productora Polytropos tuvo que diseñarse para exhibir la película. Quería mantenerme al margen de lo comercial porque con su presencia se desbirtúan los proyectos. Yo no quería ir a las salas de cine porque conectado a lo comercial se ha vuelto el prostíbulo de la cinematografía como disciplina. La sala de cine ha orillado a muchos proyectos se les corte y cambie el final, que tengan que meter a un artista, actor o director determinado porque vende. Además, ahí no está el público de mi película.
La gira consta de tres fases. La primera es la exhibición de la película en donde el público tiene un primer acercamiento con el jazz. La segunda es un debate, que para mí es el momento crucial de la gira, llamado “Riesgos el corazón del Jazz”. Nos damos cita dos personas de la productora, dos personas de la Big Band Jazz de México y dos personas que ofrecen su testimonio durante el documental para conformar una mesa con personas que se dedican al cine, la música y la crítica o está en el escenario del jazz. Y por último tenemos el concierto de la Big Band Jazz de México. Esto hace que el público tenga una experiencia integral (audiovisual, intelectual reflexiva y musical).
¿Se tiene planeado la edición del soundtrack del documental o eventualmente una nueva producción de la Big Band Jazz de México?
La Big Band Jazz de México, por alguna extraña razón, lo suficientemente extraña como para volverse importante, no componía. Desidia, tedio, huesos o quizá no era necesario aún tener esos temas originales. Cuando hablé con Ernesto y Martín Ramos para proponerles el proyecto me dieron los dos discos con Manzanero y el disco de Revival grabado en el Lunario del Auditorio Nacional. Cuando ví que no habían temas originales, con el mismo ímpetu con el que los había llamado para decirles que quería hacerles una película les iba a decir que ya no quería hacérselas.
Los artistas no lo son si no tienen propuesta. En México no hemos dedicado históricamente a ser la calca de la calca. No iba a permitir que en mi primer trabajo original pasara esto. Algo que se planteó de una manera seria e importante era el asunto de que hacían el soundtrack o no hacíamos la película. Todas las canciones del soundtrack son originales. La primera canción original de la Big Band Jazz de México se llama “Cala” y es el tema que desfigurado en otros ritmos y en otras formas de tocar jazz dan pie al track “Resiliencia por una nota” y que es con el cual se abren los créditos iniciales en la película. Seguramente sí. Depende más de la Big Band Jazz de México que de “Resiliencia por una nota”, de que salga el soundtrack tal cual. Por otro lado, la Big Band va a sacar un cuarto disco de música mexicana.
El documental podrá generar cualquier tipo de reacción excepto la indiferencia, ¿Cuál fue la generada dentro de la misma agrupación?
El documental le afectó a la Big Band Jazz de México porque con él se vió cuestionada. Porque fue la primera vez que entendió que eran sui generis, que son dignos, importantes y trascendentes como para tener una película. Ha entendido que mucha gente se ha enamorado del jazz a través de ellos. Entendió que se necesita no nada más tenacidad y resiliencia sino también un proyecto. No basta con sonar bien sino que hay que proponer. Estas cosas se las dio el documental. La Big Band tiene actualmente un rostro completamente diferente.
¿Después del término de la gira, hacia donde dirigirá la atención de Luis Felipe Ferrá?
Seguiré haciendo cuestiones audiovisuales siempre y cuando valgan la pena. Si no hay algo que contar lo suficientemente impactante y potente prefiero ahorrarme el derecho y seguir por otros caminos que también me encantan como lo es la escritura o la academia.
Tengo pláticas con jazzistas para hacer video clips y estoy interesado en realizar proyectos con músicos de otros géneros incluido el flamenco y la música clásica. Sin embargo quiero intentar algo en la ficción. Vienen mejores trabajos. Vienen nuevos textos ya que antes que otra cosa soy escritor. Escribiré más, no todo puede ser cine.
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