Entrevista al músico Aarón Cruz

Adelanto del libro “Jazz y la Ciudad de México” escrito por Luis Jesús Galindo y Liliana Ramírez.

Los colores y sabores de la Ciudad de México, entrevista a Aarón Cruz [1].
Por Liliana Ramírez, 7 de agosto 2014.
Fotografía Menta Chan

Aarón Cruz es un contrabajista mexicano con formación autodidacta, su único maestro de contrabajo fue Agustín Bernal. Estudió guitarra clásica, después clarinete, a los dieciocho años un vecino de la colonia Portales le propuso hacer un grupo de rock, fue la primera persona en ponerle un bajo eléctrico en las manos. Su acercamiento inicial con el jazz fue escuchando la radio en casa de sus padres, de niño le emocionaba ese tipo de música, igual que la clásica o The Beatles. En 1994 comenzó a explorar formas libres en el género al lado de Remi Álvarez, en los años dos mil comienza a tocarlo formalmente. Ha participado en diversos proyectos musicales a lado de Iraida Noriega, Héctor Infanzón, Enrique Nery, Eugenio Toussaint o Cráneo de Jade y más recientemente junto a Hernán Hecht y Todd Clouser en A Love Electric. El músico que Aarón más admira es Jaco Pastorius.

En la misma colonia en la que comenzó a tocar el bajo eléctrico me cita para entrevistarlo, camino hacia el fondo, al número cuatro. En un espacio rectangular hay dos cosas que llaman mi atención, la primera una puerta entre abierta que asoma ligeramente su contrabajo, la segunda es un gran ventanal que ilumina todo el cuarto.

Esta es la primera de una serie de entrevistas que publicaremos, tienen la intención de mostrar cómo observan, perciben, sienten, y viven los músicos de jazz la Ciudad de México.

¿Cuáles son los colores de la ciudad?

AC: Pues la gama es enorme. Hay quien dice que las ciudades son grises y que son un tanto depresivas y que los edificios… Yo veo una ciudad muy colorida, una ciudad muy viva, una ciudad que tiene atardeces espectaculares, como estos últimos después de los temblores terroríficos. La pureza del aire (cuando no esta contaminado) gracias a la altura es preciosa, el cielo es azulísimo.

Algo interesante cuando uno llega volando ahora en primavera es ver la cantidad de árboles floreando, es un espectáculo ver la ciudad desde el cielo, y curiosamente contrario a lo que dice la gente de las ciudades grises, yo veo a la Ciudad de México como una ciudad muy colorida, con una paleta enorme de color en general. No nada más de color visual, sino de color en general.

¿Cuáles son los sabores de la ciudad?

AC: La ciudad tiene sabores agridulces siempre. A veces pueden ser como toda ciudad muy amarga, muy ácida, pero también infinitamente dulce. Es una ciudad con muchas especias como la comida mexicana, te puedes encontrar desde los moles más ricos, los chiles en nogada, lo tacos, los dulces, los cafés, los alcoholes, las cervezas, los vinos, los pulques que son bebidas fuertes. Yo creo que eso es lo que tiene la Ciudad de México, esa variedad de sabores y a todos nos va sabiendo diferente mientras pasa nuestra historia.

¿Cuál es el sonido de los habitantes y de la ciudad en general?

AC: El sonido es interesante, yo oigo en la Ciudad de México mucha música, muchos cantos. La gente que vende cosas en la calle, la gente que distribuye el gas, la gente de la basura, los que venden los camotes, hay mucha música en la calle.  Aparte de eso, el ruido natural de toda ciudad, el trafico, los aviones, los claxon, las alarmas de los autos, e increíblemente el sonido de los temblores. Tiembla y todo truena, es como toda ciudad un sonido fuerte, un sonido con carácter, no me gusta decirle agresivo, el ser humano es agresivo. Yo creo que es una ciudad con un sonido característico en el sentido de los cantos, que no se dan en otros lugares, los chiflidos característicos de la Ciudad de México, la gente chifla mucho aquí. La gente escucha música muy fuerte en esta ciudad, baila, grita, aunque también somos de hablar quedito en comparación con España donde todo mundo parece estar gritando. Es un sonido igual como en los colores, los sabores de muchos contrastes.