lunes, abril 21, 2025

ReseƱa: Daniel Zepeda y sus Moscas Bravas

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Luis Jesús Galindo CÔceres escribe del Ôlbum Daniel Zepeda y sus Moscas Bravas.

Luis Jesús Galindo CÔceres
Martes 31 de marzo de 2015

Grupo. Daniel Zepeda (batería), Alonso López Valdés (contrabajo), Diego Franco (saxofón), Roberto VerÔstegui (piano).
Nombre del disco. Daniel Zepeda y sus Moscas Bravas
Duración del disco. 30 minutos
Siete segmentos. Ɓcido LƔctico (0:57), Green Dolphin Street (5:07), Interludio, Pt. 1 (1:42), Botitas Nuevas (6:56), DrumSolo (3:42), Coprolalia
(10:53), Interludio,Pt. 2 (1:14).
Composición.  Daniel Zepeda, menos en Green Dolphin Street (Bronislaw Kaper -Ned Washington).
Producido. Daniel Zepeda
Mezcla. David Darlington
Masterización.  David Darlington
Grabado en Caja Acústica el verano de 2014, México, D. F.  
Arte y DiseƱo. Victoria Zepeda

Daniel Zepeda viene de familia de músicos, desde sus abuelos, tías, primas. El ambiente en el que crece Daniel es musical. Su padre y su tío son productores, y también tocaron cuando jóvenes. Aquel niño y adolescente vive rodeado de personas asociadas al ambiente artístico. Estudia muchos años con maestros particulares, como Jorge López, batería, y Tony Bravo, piano, armonía, composición. Su primer trabajo es en televisión, baterista en programas musicales. Estudia dos años en Berklee, la escuela de música en Boston, Massachusetts, Estados Unidos, en el 2010-2011. Se especializa en síntesis de audio, la operación tecnológica de hacer música sólo con una computadora. Al regresar a México busca trabajo en esa Ôrea, y mantiene una fuerte relación emocional con la batería, su instrumento del corazón. Vive hoy de hacer arreglos de música pop, sobre todo los arreglos electrónicos, y el fondo de su sentimiento profesional estÔ vinculado a la producción, vivió desde su adolescencia en un estudio de grabación, la casa familiar, su padre productor. Al principio no le gustaba el jazz, llega a él por la batería, por las posibilidades que le ofrece el jazz para desarrollar todo el potencial del instrumento. Conocer a Agustín Bernal en el 2011 cambia su vida, lo coloca en el nicho en el cual hoy se mueve y desarrolla, el jazz. Eso lo lleva a la escuela de Agustín, LaFaro Jazz Institute, con maestros como Gabriel Puentes en la batería y Héctor Rodríguez en la guitarra. Moscas Bravas es su primer proyecto como compositor, arreglista y productor. Tiene 26 años.

El primer personaje que aparece para estudiar las composiciones iniciales es Alonso López, al que conoce regresando de Berklee. Alonso lo había invitado a un proyecto y de ahí fue creciendo la amistad y la asociación musical batería-contrabajo, imitando a Billy Kilson y Dave Holland, entre ambos se ha ido construyendo la química elemental de la base rítmica del jazz. A Roberto VerÔstegui lo invita al proyecto fascinado por su expresión al piano, coincidir en LaFaro permite el intensificar el acercamiento musical del baterista con el piano. Diego Franco es un gozo para el proyecto, la voz melódica y la intuición rítmica permiten facilitar lo difícil, hacer sencillo lo complicado, es el sax ideal para el proyecto. Lo que siguió fue que la armonía entre todos fuera subiendo de tono y de complicidad. Para Daniel es un gusto tocar con músicos que admira y con los que va adquiriendo la química necesaria para hacer brillar lo que compone.  

Todo empezó con dos composiciones y el Ônimo de explorar su ejecución. Daniel en un principio les proponía las rolas a diversos instrumentistas para ensayar posibilidades y tratar de encontrar el mejor ensamble para su expresión. Poco a poco fueron apareciendo los personajes adecuados y cercanos. Esto es quizÔs el momento mÔs complicado en la historia de un proyecto, la asociación entre personas y música. El título es un juego, una broma privada entre Daniel Zepeda y su padre, aquello de las moscas bravas. El diseño de arte es de su hermana, que realiza el concepto de la capa en tres imÔgenes, todo a partir de una ventana a la que te asomas hasta llegar a la figura de un hombre podando el pasto mientras se mete la mano dentro del pantalón. Las Moscas Bravas es un proyecto a largo plazo, el disco es el primer paso.

Las composiciones estÔn pensadas en su origen para guitarra, ese es el instrumento de la imaginación musical de Daniel Zepeda. Esta configuración de forma se convierte en fondo, como suele suceder. Un compositor que compone escribiendo en una computadora adquiere ciertos hÔbitos y sentidos asociados a lo que la voz electrónica permite. Es la composición musical contemporÔnea, el oficio musical de hoy, Daniel es un miembro avanzado de su generación, pero comparte con muchos otros esta matriz de la relación cotidiana con la música actual, lo digital. Esta base de laboratorio de sonido se complementa con diversas influencias,  jazz contemporÔneo, rock progresivo, Jazz fusión. El proyecto ensaya en sentido estricto conceptos distintos, es un muestrario de apuntes de trabajo y estudio. Un primer producto de la labor de aprendizaje y asimilación de componentes clÔsicos y novedosos de la gramÔtica del jazz. El compositor busca en las voces de su ensamble algo que no encuentra del todo, pero el resultado es gratificante, buscando algo se encuentra otro algo satisfactorio y estimulante. 

La primera rola compuesta fue Botitas Nuevas, un ostinato que crece y se desarrolla hasta inducir voces y complicidades, título adquirido por el día en que llegaron una botas nuevas, el mejor momento para el piano de Roberto VerÔstigui, acompañado de un breve y sustancioso solo en contrabajo de Alonso López. DrumSolo se suponía sería un sonido eléctrico, pero el resultado que se incluye en el disco es distinto, accidentes, exploraciones y productos. Los interludios son extractos de una sesión larga de improvisación, que hubiera sido maravilloso que quedara en el disco, pero sólo escuchamos dos fragmentos, el primero un sabroso diÔlogo entre piano y batería, el segundo con el sax en juego musical con el piano y la batería. El disco en este sentido es un objeto de lujo compacto, selectivo, preciso. Así quedó fuera una de las rolas seleccionadas en principio, Sin coche y sin dinero, que saldrÔ en otro disco en donde la guitarra serÔ protagonista. La única rola no original es una versión de un clÔsico, Green Dolphin Street, que llega de una intensa experiencia de aprendizaje en producción musical en Nueva York en el año 2013, con base al arreglo original el ritmo se modifica y permite exploraciones métricas alternas. Coprolalia es una rola agresiva que juega en el umbral del territorio del rock progresivo, las voces del sax y el piano tienen tiempo para desarrollarse, la voz de la batería llega a su mÔxima expresión, la rola mÔs larga. La primera rola del disco, Ácido LÔctico, fue la última en ser grabada, un tout de forcé de improvisación, de diÔlogo y fusión entre la batería y el sax, un breve apunte de lo que esta hermandad entre Daniel Zepeda y Diego Franco promete hacia el futuro. 

La historia interna de la grabación siempre es fascinante. Toda la grabación se realizó en una sola sesión. Del DrumSolo hubo cuatro tomas y quedó la primera. De Green Dolphin Street hubo tres tomas y quedó la última. Todas las demÔs sólo tuvieron micro tomas del tema principal, las rolas completas salieron en una sola toma. La preparación del proyecto en su fase de preproducción directa fue de siete meses, entre composición, trabajo con las rolas y los músicos, y decisión de grabar. El estudio de grabación se selecciona por el día en que todos podían asistir, y porque tenía un piano acústico para Roberto VerÔstegui y sus intensos solos. La primera aproximación al proyecto fue en trío con piano, contrabajo y batería, pero no fue satisfactoria, siguió el cuarteto con el sax, y así quedó. En el aire vibró la posibilidad de un quinteto o algo mÔs, que queda para otros ensayos del proyecto en vivo. La música tiene su historia en disco y sus mundos posibles en las tocadas en vivo. La masterización la realiza en un día el bajista, compositor, productor e ingeniero de sonido David Darlington.  

La primera rola grabada fue Green Dolphin Street, la mÔs estudiada, la mÔs cuidada, la mÔs construida, y con el peso de ser un clÔsico. Era la que tendría que sostener a todo el proyecto como algo jazzísticamente valioso y legítimo. En ese concepto las últimas rolas grabadas fueron las mÔs abiertas, los interludios y Ácido LÔctico. Un pequeño viaje por la historia del jazz, desde lo mÔs tradicional y sus variantes en Green Dolphin Street, pasando por la tensión fusión con el rock en Coprolalia, hasta el free jazz de Ácido LÔctico. Botitas Nuevas y Cropolalia son el centro de la arquitectura de la propuesta musical del ensamble y el compositor. Un proyecto redondo en su expresión sintética experimental y de exploración. Ya vendrÔn otros proyectos mÔs robustos y extensos. Este es un primer disco de gran calidad, una tarjeta de presentación de un músico que darÔ que hablar, una sintética experiencia repleta de juego, intención y clase.

Links para escuchar y comprar la mĆŗsica.

https://soundcloud.com/emmanuel-cisneros-chopis/botitas-nuevas-daniel-zepeda

https://itunes.apple.com/us/album/moscas-bravas/id954315252

http://www.amazon.com/Moscas-Bravas-Daniel-Zepeda/dp/B00RH1512C

http://www.emusic.com/album/daniel-zepeda/moscas-bravas/15538494/

https://play.google.com/store/music/artist/Daniel_Zepeda?id=Ai5tovrurgefsqxtgr2u2i2rkby

Jesús Galindo CÔceres (arewara@yahoo.com). Mexicano. Doctor en Ciencias Sociales. Autor de 31 libros y mÔs de trescientos cincuenta artículos académicos publicados en catorce países de América y Europa. Promotor cultural en diversos proyectos desde 1972. Profesor en Argentina, Brasil, Colombia, Perú, España y México desde 1975. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores SNI-CONACYT desde 1987, SNI III. Trabaja en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (2010-2014). 

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