viernes, septiembre 27, 2024

“Chilacantongo” de Diego Franco: ReseƱa

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Luis JesĆŗs Galindo CĆ”ceres escribe del Ć”lbum Chilacantongo de Diego Franco.

Luis JesĆŗs Galindo CĆ”ceres
Lunes 18 de Mayo de 2015

Miembros del Grupo. Gustavo Nandayapa (baterĆ­a), BenjamĆ­n GarcĆ­a (contrabajo), Diego Franco (saxofĆ³n tenor), Roberto VerĆ”stegui (piano y nord).
Nombre del disco. Chilacantongo
DuraciĆ³n del disco. 49 minutos
Siete segmentos. No tiemblo, vibro (8:46), Avutarda (7:14), Danza Chilacantonga (8:01), Voluntariamente a Fuerzas (3:59), Ente Vival (5:09), El Ambo (7:15), Jacarandas Extintas (8:47).
ComposiciĆ³n. Ā Diego Franco
ProducciĆ³n Ejecutiva. JosĆ© FernĆ”ndez
Grabado y mezclado por Juan Pablo Aispuro, estudio ā€La casa del Ɓrbolā€, MĆ©xico, D. F. Ā 
MasterizaciĆ³n.Ā  David Darlington, ā€œBass Hit Recording Studioā€, New York.
Arte y DiseƱo. David Espinosa -www.el-dee.net-

Diego Franco nace en una familia de mĆŗsicos, su padre es trompetista. Siendo el mĆ”s pequeƱo siempre estuvo rodeado de mĆŗsica. Sus hermanas son de formaciĆ³n clĆ”sica. El dĆ­a a dĆ­a eran ensayos, estudio, juegos musicales. Empieza a tocar piano clĆ”sico a los seis aƱos. A los doce toma por primera vez el saxofĆ³n. Inicia sus estudios musicales propiamente tales en un taller de la Universidad de Guadalajara con el maestro Francisco MorĆ”n, al mismo tiempo que cursa la secundaria. En ese momento inicia tambiĆ©n su vida de ejecutante en ensambles de mĆŗsica popular y en una banda sinfĆ³nica de viento en TonalĆ”, Jalisco. Esa experiencia es clave, el estudio es una cosa, tocar y leer para tocar en pĆŗblico es otra, escuchar para sacar las rolas fue su primera gran escuela a fondo. Una de sus hermanas le regala el disco de Giant Steps de John Coltrane, Ā eso encamina su vocaciĆ³n en el sax y el jazz a los quince aƱos. Se detona la bĆŗsqueda de su sonido a travĆ©s de los clĆ”sicos, como Sonny Rollins o McCoy Tyner. El disfrute y la curiosidad toman forma a los diecisiete aƱos en un curso de sax en Guadalajara con Ā Donny McCaslin y Diego Maroto. Eso dispara el deseo de dedicar la vida al sax y al jazz. Y a partir de ahĆ­ todo vino en consecuencia, decidirse por la vida profesional del jazz al terminar la preparatoria, buscar pares y amigos en el medio tapatĆ­o, como Tom Kessler, Vico DĆ­az, SaĆŗl CobiĆ”n, Willy Zavala, y moverse a la Ciudad de MĆ©xico en donde habĆ­a mĆ”s movimiento y oportunidades. Y asĆ­ fue, y desde entonces todo ha ido muy rĆ”pido, conocer mĆŗsicos, escucharlos, aprender de ellos, interpretar sus proyectos, articularse a ensambles diversos, formar parte de orquestas, todo en pocos aƱos, hasta llegar a su propio cuarteto y su propio proyecto. Una veloz carrera para un joven mĆŗsico que por poco rebasa los veinte aƱos de edad.

La mĆŗsica es para Diego Franco su espacio y su tiempo vitales. La mĆŗsica mexicana le provoca una gran inquietud y curiosidad, lo mismo que la mĆŗsica contemporĆ”nea de todo tipo, y la mĆŗsica clĆ”sica. Estudia hoy clarinete como nuevo recurso de opciones hacia el futuro. Se deslumbra con la composiciĆ³n de autores clĆ”sicos del siglo veinte como Debussy o Stravinsky, o el mexicano Silvestre Revueltas, la configuraciĆ³n de la arquitectura del ensamble orquestal de este tipo de mĆŗsica contemporĆ”nea le cautiva. En la interpretaciĆ³n al sax disfruta y estudia a los clĆ”sicos del instrumento como Coleman Hawkins, Johnny Hodges o Lester Young, o de contemporĆ”neos como Chris Potter, Bill McHenry o Tony Malaby. Reconoce una gran atracciĆ³n por la mĆŗsica del trompetista Dave Douglas.

Conoce Diego a Roberto VerĆ”stegui en su Ć©poca de Guadalajara, cuando graban juntos el disco de Vico DĆ­az, ā€œSalmĆ³nā€ (reseƱa en Contratiempo Jazz, (http://bit.ly/1INqWd6), aparece Roberto para el ensamble cuandoĀ  Blair Latham se va de MĆ©xico y el proyecto de cuarteto sin piano se modifica, Blair tocaba el clarinete en la propuesta anterior a la actual en un juego de voces con el sax de Diego, sin piano armĆ³nico. La base rĆ­tmica de un ensamble es fundamental, BenjamĆ­n GarcĆ­a en el contrabajo y Gustavo Nandayapa en la baterĆ­a son el corazĆ³n del proyecto en este sentido. La combinaciĆ³n entre el poder y la capacidad explosiva de Gustavo ā€œel Tavoā€ Nandayapa en la baterĆ­a, con el sutil y limpio dominio de la tensiĆ³n de BenjamĆ­n GarcĆ­a en el contrabajo, otorgan al ensamble una sĆ³lida atmĆ³sfera rĆ­tmica para el desarrollo melĆ³dico y la improvisaciĆ³n del sax, voz central de la propuesta. Roberto VerĆ”stegui en los teclados ata todo este juego de voces del trĆ­o. Estamos ante un proyecto de formato clĆ”sico dentro de la configuraciĆ³n de ensambles en el jazz. Todos los elementos estĆ”n ahĆ­ como componentes de una arquitectura diseƱada para obtener lo mejor de las figuras jazzĆ­sticas tradicionales y sus variantes contemporĆ”neas en la serie de estructuras formales y sus correspondientes tiempos rĆ­tmicos, melĆ³dicos y armĆ³nicos. Este es un proyecto de jazz contemporĆ”neo, cierto, pero ante todo un proyecto de jazz, y por ello cumple con las normas bĆ”sicas. Lo que sigue es la feliz convergencia entre la composiciĆ³n, la ejecuciĆ³n del ensamble y la situaciĆ³n de grabaciĆ³n o de puesta en escena en vivo. No hay una bĆŗsqueda de complejidad a priori, como en otros proyectos, la sencillez y su expansiĆ³n expresiva es la guĆ­a, lo que permite que los mĆŗsicos se sientan a gusto y tengan tiempo y aire para percibirse y acompaƱarse. Las tocadas en vivo muestran mucho esta cualidad, muy jazzĆ­stica, estar bien, contentos, al mismo tiempo que concentrados en lo propio y escuchando a los otros. El disco en este sentido es la expresiĆ³n de un movimiento que se fija en la grabaciĆ³n y se continĆŗa en el proceso de cohesiĆ³n constituciĆ³n del ensamble hacia el futuro.

Para Diego Franco el principio del proyecto no es un plan de trabajo explĆ­cito que se desarrolla paso a paso, mĆ”s bien es un efecto del trabajo mismo de cimentar una carrera profesional. Lo bĆ”sico es el instrumento y su dominio en la ejecuciĆ³n y la sonoridad, el sax. Al tiempo aparecen ideas musicales que llegan al papel y despuĆ©s al sonido. AsĆ­, casi sin sentir, se van juntando composiciones, y un dĆ­a ese grupo de notas toman la forma de un proyecto de grabaciĆ³n y un disco. El disco adquiere consistencia a travĆ©s de la vida musical y personal de Diego en la Ciudad de MĆ©xico, pero al mismo tiempo cuatro de las siete rolas tienen su origen en su etapa de desarrollo en la Ciudad de Guadalajara. Todo sucede en alrededor de cuatro aƱos, notas, ajustes, impulsos creativos iniciales. La historia de la composiciĆ³n estĆ” asociada en forma Ć­ntima con la experiencia musical directa en ensambles, primero un quinteto en Guadalajara, con piano, guitarra, bajo, sax y baterĆ­a, luego el formato trĆ­o, pasando por un cuarteto sin la mediaciĆ³n armĆ³nica del piano, con clarinete, hasta llegar a la figura en la que toma forma el disco en cuarteto, con piano, bajo, baterĆ­a y sax. ĀæCuĆ”nto puede cambiar una propuesta segĆŗn el tamaƱo del ensamble y las caracterĆ­sticas de los mĆŗsicos? La historia de este disco es en buena parte la historia de Diego Franco como mĆŗsico profesional en vivo, es la historia de mĆŗsica sonando, aconteciendo, articulĆ”ndose de momento en momento, de lugar en lugar, de ensamble en ensamble. Un producto de la vida musical en un sentido situacional, mĆŗsica viva vivida en vivo. Es una pena que todo eso no se alcance a percibir del todo en un disco, de ahĆ­ la importancia de acompaƱar el proceso del mĆŗsico, dentro de la ecologĆ­a de su emergencia, el escenario, el corredor pautado de una tocada tras otra, asistir y escuchar en vivo.

La Danza Chilacantonga es la pieza ancla del disco, viene de una intenciĆ³n de narrativa y memoria de la vida en la Ciudad de MĆ©xico, reinterpreta los sonidos urbanos, mezcla de las danzas prehispĆ”nicas del centro histĆ³rico con los cantos de un vendedor ambulante del metro. Un guiƱo a lo vivido en la ciudad como un observador tapatĆ­o inmigrante. Voluntariamente a fuerzas, un juego de la memoria estudiantil en la imagen de aquello que sucede en ese tono, jugando con dos temas que se encuentran en la rola con una tensiĆ³n similar a lo que marca el tĆ­tulo. Jacarandas Extintas, memoria de los Ć”rboles de la avenida de La Paz en Guadalajara, que en otoƱo e invierno desaparecĆ­an por completo en su colorido, subrayando el ciclo de las estaciones y el Ć”nimo que las acompaƱa. Cada rola tiene una historia, un momento de emergencia, lo que sigue es en ocasiones consistente en cierto sentido con su genĆ©tica, pero en general no, el resultado es otro acontecimiento, envuelto en el proceso creativo de luces y visiones. Un relato viste la presentaciĆ³n de una rola, pero no es la rola, la mĆŗsica tiene siempre su propia genealogĆ­a vital, su propia historia. El trĆ­o de sax y el trĆ­o de piano se alternan y fusionan en No tiemblo, vibro. El sonido del piano elĆ©ctrico construye la atmĆ³sfera armĆ³nica de todas las rolas, sobre todo en Avutarda, El Ambo y en Jacarandas Extintas. El contrabajo adquiere una presencia especial en Ente vital. Las siete rolas aparecen una tras otra y de pronto terminan dejando un sentimiento de obra terminada y ansiedad ante lo que podrĆ­a seguir.

La historia del disco inicia como una grabaciĆ³n para hacer una serie de videos en el estudio de La casa del Ɓrbol, el lugar de Juan Pablo Aispuro, ingeniero de sonido contrabajista del infinito. Los videos no se concluyeron, pero el audio quedĆ³. La grabaciĆ³n ocupĆ³ poco tiempo en el proceso para los promedios normales. Al escuchar el material grabado e iniciar la mezcla el disco tomĆ³ forma. Juan Pablo lleva la mezcla a un ingeniero en Nueva York, aprovechando un viaje por allĆ” llevando otros proyectos, como el del XUC TrĆ­o de Juanjo GĆ³mez, con el Chuck RodrĆ­guez y Jorge ServĆ­n (reseƱa en Contratiempo Jazz(http://bit.ly/1B8VQ9l), David Darlington es el ingeniero, la masterizaciĆ³n se realiza con Ć©xito, y todo queda listo para la maquila. La participaciĆ³n en esta etapa final por parte del productor JosĆ© FernĆ”ndez, el empresario de The Jazz Place en la Ciudad de MĆ©xico es sustantiva. El diseƱo de arte lo hace David Espinosa, del equipo de trabajo de JazzatlĆ”n, casa de la mĆŗsica del infinito en Cholula, Puebla. El disco sale y se presenta en el mes de mayo, se puede comprar por internet y se va distribuyendo de mano en mano, por el momento, en el formato de disco compacto. Cada historia de la producciĆ³n de un disco es distinta, compartiendo los puntos necesarios para su manufactura fĆ­sica, e incluye tambiĆ©n una cadena de acontecimientos que posibilitan e inhiben su realizaciĆ³n. La historia de este disco es peculiar, inicia como otra cosa, y termina como el primer disco de un joven mĆŗsico de jazz, que con este proyecto promete mucho, es seguro que seguiremos escuchando la voz de su sax en diversos ensambles, pero tambiĆ©n es seguro que seguiremos escuchando el desarrollo de su propuesta de mĆŗsica original. Esto es sĆ³lo el principio de una larga, gratificante y prolĆ­fica carrera para Diego Franco.

Contacto.-
diegofrancomusica@gmail.comĀ 

Para comprar y escuchar la mĆŗsica.
Ā 
https://itunes.apple.com/us/album/chilacantongo/id991986634Ā 

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